Riesgos Generales
Se sabe que cualquier actividad laboral está sujeta a la
posibilidad de riesgos, posibilidad que crece en determinadas tareas y en
ocasiones concretas.
Un factor de riesgo es una condición de trabajo
potencialmente productora de un daño para la salud. Los conceptos de riesgo y
daño van siempre unidos, ya que no existe riesgo allí donde no es posible el
daño.
La vigente legislación establece la siguiente definición
de riesgo laboral: “Riesgo laboral es la posibilidad de que un trabajador sufra
un determinado riesgo derivado de su trabajo” (Artículo 4 de la Ley 31/1995 de
Prevención de Riesgos
Laborales).
Dada la ambigüedad y la dificultad de cuantificar según
la presente definición, es preferible definir el riesgo laboral de la siguiente
manera: “Probabilidad de que un trabajador, bajo determinadas circunstancias
laborales, sufra un daño derivado de su trabajo”.
A la hora de estudiar los riesgos ha de atenderse a tres
conceptos claves del mismo. Por un lado la gravedad del riesgo, que depende
además de la probabilidad de que suceda de la severidad del daño que se puede
llegar a producir. El riesgo mas grave sería aquel que mas probablemente suceda
y que ocasione un daño más severo. Un segundo aspecto sería la inminencia del
riesgo, elemento que influye sobre el riesgo incrementando su gravedad. En este
sentido, la legislación sobre riesgos laborales establece lo siguiente: Un
riesgo laboral grave e inminente es aquel que racionalmente resulte probable
que se materialice en un futuro próximo e inmediato, y que puede suponer un
daño grave para la salud de los trabajadores. Por último hay que hacer
referencia al peligro que se define como “Riesgo con una posibilidad muy
elevada de producir un daño, grave o no, en un periodo de tiempo muy corto o de
forma inmediata". Es por ello que eliminar las situaciones de peligro sea la
principal prioridad de la prevención de riesgos laborales.
Los riesgos generales pueden clasificarse en función de
muchos criterios o atendiendo a numerosas variables, para nosotros la
clasificación más correcta de los riesgos generales es aquella que los divide
en:
Riesgos ligados a condiciones de
seguridad: lugares de trabajo, maquinaria, equipos de elevación y transporte,
riesgos eléctricos, riesgos de incendios y aparatos a presión.
Riesgos ligados a condiciones higiénicas:
contaminantes químicos, contaminantes biológicos y contaminantes físicos.
Riesgos ligados al proceso: la carga
física y la carga mental.
Riesgos ligados a factores sociales: la
formación y el seguimiento.
Riesgos ligados a la gestión preventiva:
señalización de riesgos, protección individual y el plan de emergencia.
Los factores de riesgos materiales, con carácter general,
son aquellos relacionados con las condiciones de seguridad, y los podemos
diferenciar en:
·
Lugar de trabajo: Espacio en el que se desarrolla la
actividad laboral, en el caso específico de los conductores, su lugar principal
de trabajo será la cabina de su camión. Dentro de los lugares de trabajo podemos
hacer referencia a una serie de factores específicos de riesgo como son las
condiciones constructivas, suelos, aberturas, desniveles y barandillas, vías de
circulación, puertas y portones, rampas y escaleras (fijas), escaleras de mano
(portátiles), vías y salidas de evacuación, instalación eléctrica, orden,
limpieza y mantenimiento, servicios higiénicos y locales de descanso, material
y locales de primeros auxilios, plataformas y andamios, ascensores y almacenes.
·
Maquinaria: son los utensilios que facilitan el
trabajo. Suele ser causa de un alto porcentaje de los accidentes de trabajo.
Según como la usemos, la máquina puede ser una gran ayuda o nuestro peor
enemigo. Para evitar o aminorar los riesgos ligados a la utilización de la
maquinaria hay que atender a aspectos como las formas de protección, los daños
principales y las medidas de protección.
·
Equipos de elevación y transporte: Provocan alrededor del 25 % de los
accidentes de trabajo, lo que los convierte en uno de los más importantes elementos
de riesgo.
·
Riesgos eléctricos: Es escaso pero de alta gravedad,
suelen ir asociados a las instalaciones eléctricas y a la maquinaria de
alimentación eléctrica. La lesión más común suele ser la quemadura, pero en
algunas ocasiones se puede producir paro respiratorio, asfixia, etc. Este tipo
de riesgo aumenta con la tensión o voltaje, con la humedad, con el tiempo de
exposición, etc. Hay dos tipos de contacto el directo y el indirecto, así como
también podemos distinguir entre riesgos eléctricos de baja tensión y riesgos
eléctricos de alta tensión, según sean unos u otros tendrán unas consecuencias
diferentes.
·
Riesgos de incendios: Es un factor de riesgo muy
importante, especialmente por la gravedad de los daños que puede producir. El
fuego surge por la combinación de tres elementos que constituyen el conocido
Triángulo del fuego y que son: combustible, comburente (oxígeno) y fuente de
calor o energía de activación.
·
Aparatos a presión: La liberación violenta de la energía
acumulada en un fluido a presión es un riesgo para la salud de las personas que
se encuentran próximas. Existen tres tipos básicos de aparatos a presión: las
calderas, los depósitos y botellas con gases a presión y hornos y calentadores,
cada uno de ellos con unos riesgos característicos.
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