sábado, 13 de febrero de 2016

LOS ACCIDENTES DE TRAFICO Y SU ATENCIÓN

Las lesiones constituyen uno de los principales problemas de Salud Pública en los países industrializados, tanto en términos de mortalidad como en términos de secuelas y dependencia. Los politraumatismos secundarios a accidentes de tráfico, laborales o por otra causa, suponen en España la tercera causa de muerte global tras las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, y la primera causa de muerte en la población entre 0 y 30 años, ya que esta patología afecta principalmente a adultos jóvenes y niños, siendo la principal causa de años de vida perdidos (AVP) en las sociedades industrializadas.

Asimismo, tanto en términos de secuelas como en términos económicos (se calculan unos costes del 1.7 % del PIB del País), constituye un verdadero problema de salud pública que podría ser considerado como una epidemia en los países industrializados.

El impacto de este problema exige un abordaje global basado en la prevención eficaz y puesta en juego de esfuerzos concertados¹ :

• Aumentar el grado de concienciación, de compromiso y de toma de decisiones fundadas en todos los ámbitos (gobierno, industria), para que puedan aplicarse estrategias de eficacia, científicamente probada, en la prevención de lesiones causadas por el tráfico.

• Contribuir a un cambio en la manera de considerar la naturaleza del problema de las lesiones causadas por el tráfico, y de lo que constituye una prevención eficaz, desechando la idea de que dichas lesiones son el precio a pagar por la movilidad y el desarrollo económico.

• Ayudar al fortalecimiento de las instituciones creando alianzas eficaces para lograr sistemas de tránsito más seguros. A nivel gubernamental, supone establecer una estrecha colaboración entre sectores como los de salud pública, transportes, policía y otros.

Esto supone, por un lado, acometer actuaciones para disminuir el número tan elevado de accidentes de tráfico que acontecen; y por otro, una vez producidos, mejorar la rapidez y la calidad de la asistencia inicial al accidentado de tráfico.

En la atención al accidente de tráfico, todos los esfuerzos han de encaminarse hacia la consecución de los siguientes objetivos:

1. Limitar la gravedad del traumatismo y del sufrimiento que ocasiona.
2. Prevenir las muertes y evitar las discapacidades.
3. Lograr una óptima evolución de los supervivientes y su reintegración en la comunidad.

Se requiere, para ello, una sucesión coordinada de acciones en las que desempeñan un importante papel los testigos o personas que descubren el accidente, el rescate de los accidentados, los servicios de urgencia y emergencia médica, el tratamiento de los traumatismos y su rehabilitación.

Pero si en algo pueden colaborar los diferentes agentes implicados en la detección del accidente de tráfico y posterior asistencia sanitaria es, a parte de la calidad prestada de ésta, en la mejora de los tiempos de atención al accidentado. Esto tiene su base en el
concepto de “Hora de Oro”.  “Hay una hora de oro entre la ida y la muerte. Si estás gravemente lesionado, tienes menos de 60 minutos para sobrevivir. Puedes no morir entonces, pero lo puedes hacer tres días o dos semanas después, porque algo ha ocurrido en tu cuerpo que es irreparable”.

La mortalidad en los accidentes de tráfico tiene, desde el aspecto tiempo, una característica distribución trifásica:

1ª Fase. Ocurre en los primeros segundos o minutos tras el accidente. Constituye el 10% de todas las muertes. Debida a lesiones severas del sistema nervioso central o rotura de grandes vasos. Es muy difícil o casi imposible evitar estos fallecimientos.

2ª Fase. La denominada “hora de oro”, pues suele ocurrir en la primera o segunda hora tras el accidente. Constituye el mayor porcentaje de mortalidad (75%). Las muertes, en esta fase, se deben principalmente a obstrucciones de vía aérea o a pérdidas de volumen circulante. Es la fase en la que se pueden evitar el mayor porcentaje de fallecimientos, a través de una asistencia sanitaria inicial adecuada, en tiempo y capacitación.

3ª Fase. Ocurre días o semanas tras el incidente traumático. Suele originar el 15% de la mortalidad total. Se debe habitualmente a complicaciones tras el tratamiento inicial (fracaso multiorgánico, complicaciones postoperatorias, etc.). Son necesarios un gran esfuerzo y un gran número de recursos para reducir la mortalidad en esta fase.

Esta consideración temporal, también afecta a la morbilidad de las lesiones, que se ve incrementada en función del retraso en la prestación de asistencia y resolución definitiva en medio hospitalario.

Distribución trimodal de los accidentes de tráfico:
1ª FASE
10%
2ª FASE
75%
3ª FASE
15%


Según un estudio realizado por el European Emergency Data (EED), el trauma grave es una de las entidades clínicas que más se benefician de una eficaz atención precoz, junto a otras entidades como la parada cardiorrespiratoria, el síndrome coronario agudo, el ictus y la dificultad respiratoria grave.

Es así el factor tiempo uno de los elementos esenciales en la atención al accidente de tráfico, una vez que éste se ha producido. Por ello, es necesario conseguir que el accidentado esté en manos de los profesionales sanitarios de la emergencia en el menor tiempo posible.

En el transcurso de la asistencia inicial al accidentado de tráfico se suceden una serie de subprocesos, cada uno de los cuales genera una determinada duración temporal. Una sucesión que comienza con la notificación del incidente por parte del ciudadano o institución alertante, y que termina en la transferencia del paciente al hospital receptor o “centro útil”. Este concepto debería ser ampliado incorporando los tiempos que transcurren en el hospital hasta la implementación de la “terapia útil”, quirúrgica en la mayoría de los pacientes traumatizados por accidente de tráfico.

Las medidas a poner en práctica deben girar en torno a la reducción de los distintos tiempos de asistencia al accidentado, proporcionándole cuidados definitivos en el menor tiempo posible y de la manera más ventajosa para su patología. La reducción del tiempo de asistencia se basa en las siguientes premisas fundamentales²:

a.     Rápida notificación del accidente a los servicios de emergencias médicas. Accesibilidad a un sistema integral de urgencias y emergencias.

b.    Inicio del tratamiento “in situ” de forma inmediata. Atención extra hospitalaria precoz y adecuada.

c.     Medio de transporte que permita la continuidad de los cuidadoshasta la llegada al hospital. Atención extrahospitalaria precoz y adecuada.

d.    Transporte urgente hasta el centro hospitalario más próximo, capacitado para prestar el tratamiento definitivo (“centro útil”). Atención urgente en hospital útil.

Para los SEM (servicios de emergencias médicas extra hospitalarios), el tiempo, o mejor, los tiempos de gestión y asistencia constituyen uno de los parámetros principales en los que se basa buena parte de la gestión de los servicios de emergencias.

Múltiples factores y también diferentes actores, se ven implicados en el proceso de la atención de emergencias a los accidentes de tráfico. Se podría definir como un escenario óptimo aquel en el que se dieran, al menos, las siguientes circunstancias:

– Una central de comunicaciones con un número de acceso único, conocido por todos los ciudadanos, que responda con el menor retraso posible a cualquier tipo de emergencia.

– Un servicio de emergencias médicas que dé una cobertura adecuada en tiempos de respuesta a la zona de su competencia.

– La existencia de profesionales sanitarios en las unidades asistenciales, capacitados para procurar cuidados de soporte vital avanzado a los pacientes accidentados.

– Existencia de procedimientos operativos y asistenciales que posibiliten la misma asistencia de calidad, independientemente de las personas que atiendan al accidentado.

– Existencia de un protocolo de coordinación con los hospitales de referencia que permita una línea de continuidad asistencial sin retrasos ni duplicaciones de diagnóstico y tratamiento.

– Existencia de un sistema de recogida de datos sobre accidentes de tráfico atendidos.

1 Peden M. et. al. Eds. The World report on road traffic injury prevention. Ginebra, Organización Mundial de la Salud. 2004.

2 Perales N, Renes Carreño E, Fernández Álvaro P. Asistencia “in situ” al traumatizado grave. Avances en emergencias y resucitación l. Edikamed. 1996.

Datos de Ministerio de Sanidad




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